Cuentos…
Llorar, apretar los dientes y seguir…
Somos comunidad y que siga.
Quizás nos falte el sentido de pertenecía.
No sé.
Lo hablaba con mi amigo Jesús y me respondía: Si, puede ser. Un abrazo Manuel y ¡Adelante!
Y claro, uno que tiene claro que hay que seguir, piensa en los marineros de su barco.
Y el uno no tiene camisa, el otro es de Senegal, el más cristiano no sabe leer ni escribir. Las chicas, tres, tornan nuestras miradas y nos tienen desquiciados. Y los que construyeron el barco… ¿Y los que construimos el barco? De los demás, padres fundadores como yo, no respondo.
De mi, diré que: haya viento o no, ni una simple brisa del Sur, seguiré navegando. Porque contar con todos. Pues ojalá.
Pero Dios dio su sangre. Y yo haré lo mismo.
Contigo, o los que estén conmigo, o sólo.
Porque yo entiendo la vida por los demás. Aunque se nos olvide que en África estén un poco hartos de ver cómo nos olvidamos de ellos.
Y ahora, Pascua: Dijo un periodista en su periódico.
Y solo los sensibles de espíritu escuchamos la canción de amor que lleva el mensaje. Que antes llenaba iglesias. Y ahora…
Todos eran marineros y salían a navegar, y unos antes de hacerlo se santiguaban. Porque cuando todo falla, cuando nos dejan en la estacada, no queda más que encomendarse y seguir.
Y en eso estamos, oliendo ya el mes de mayo.
Y recordar: Fuimos hermanos y hasta con los ojos cerrados veo el mantel de la mesa donde nos sentábamos, la pequeña en la cuna. Y todos soñando.
Y así os lo he contado.
©ManuelAcostaMás