«Creo mi deber decir…»
No eres la reina de Saba, pero si eres el destino al que me hubiera gustado llegar.
Viaje contigo, huyente mujer. Y vi, diez veces tus luces. Y escuché tu alma suave que volaba como una mariposa.
Y siempre supe que me desgarrarías el corazón.
Más no por eso, reniego de ti, mi amapola, porque tú y tu simpatía, sois mi talismán para seguir soñando con una sirena a la que besar, cuando mi barca bajo el cielo estrellado pare, y tú posándote en mí, mariposa, me digas: soy tuya. Lo que dará otro clima a ese camino dentro de mi corazón, dónde nunca llegaste.
Sueños, ya ves, sueños.
©ManuelAcostaMás