Diagnóstico: Cáncer
Y ahí sí que es en plan: ¿Qué?
Y te echas para atrás y dices: No puede ser.
Porque ese diagnóstico se recibe igual que una sentencia de muerte. Y ahora según seas. Porque unos, unas, optan por asumir y claudicar. Y otras, otros por plantar cara y batallar. Temblando, pero peleando hasta el final.
Y hoy, sábado 17 de mayo, a las doce del mediodía, en el pabellón de armas de la ciudadela, hemos asistido a una lección de coraje y valor.
Porque no se trata de sobrellevar con resignación cristiana la sentencia que la vida impone de una forma tan despiadada como ese diagnóstico que un médico ha optado por decirte. Si te lo dice a ti, y no a tu acompañante, por no lastimarte. Un, hurra, por esas conversaciones de paz, en que algunos galenos demuestran que son más sensibles. Y un, hurra, por esa sensibilidad de quienes se atreven a decírtelo a ti, suavemente, con tacto, que es la forma menos fría de que te digan que te mueres. Porque un cáncer es un punto de inflexión y hay que asumirlo y afrontarlo. Y así, quizás, sigas adelante. Que los doctores son optimistas. Y si no lo son. ¡Da igual! ES MI LUCHA Y LA AFRONTO JUICIOSA, BRAVA O CON MIEDO, PERO LA AFRONTO.
Creyendo en ese milagro que se llama contigo.
Y en ese contigo, hoy SARAY, nos presentó una pasarela de modelos de ropas interiores, bañadores y vestidos para todas aquellas afectadas de cáncer de mama.
Y ellas, las modelos, llenas de verdad, desfilaron frente al público que abarrotaba la sala. Y en ese público yo, que vi pasar a mi madre hace ya casi treinta años, o sin casi, víctima de la enfermedad. Sólo acompañada de marido, hijos, familia, y poco más.
Pero no descorro el velo de otros tiempos para nada. Lo hago para agradecer a esa asociación que ponga en valor a las mujeres. Porque no hay mujer que no brille. Y en según qué luchas la unión es gratificante. Para sentir que mi desgarrado corazón tiene compañía.
Y allí estaban hijos e hijas, bien pequeños, para decirles a sus madres que las querían. Y quizás no lo creáis, pero eso da fuerza, eso es amor. Y una plegaria para que sigas luchando.
Cáncer, una desgracia, dice una voz
Y muchas le replican, hoy empieza mi cura.
Y qué vimos. Valientes, luchando por poner fin a esa agonía, para seguir viendo como crecen los niños. Y cómo, con cada caída de la noche, mi pareja, mi familia me dice te quiero.
Y así os lo digo
©ManuelAcostaMás