«Literatura a la intemperie, ayer, con Elena Medel, como yo, como nosotros, pero que sonaba distinto y me gustó «
Decir que soy la voz que no se escucha, suena pretencioso, así que voy a decir que soy la voz que se lleva el viento.
Mi amiga uñas bonitas, nos dijo ayer que gata huidiza nos invitaba a su cumpleaños. Y yo dije: okey. Mi otra amiga sueño de una noche de verano, no dijo nada, imbuida en una lucha interior de esas que dejan siempre heridas, que luego son cicatrices.
Y aquí pienso: Las mujeres con el pelo hasta el suelo ¿son más libres que las que lo llevan corto? ¿Y los hombres? Y pienso que, en nuestro mundo imperfecto, seguimos viendo hombres y mujeres, y sus variantes hoy en día, cuando deberíamos ver seres humanos. Gente sin sexo, aunque lo tengan, porque no importa cómo nos han construido por fuera, importa lo que llevamos dentro. Y yo te miro a los ojos y veo: ser humano, persona, y su alma. Y esta, si es blanca o negra, o se mueve entre los grises, pudorosa para decantarse claramente.
Pues el cinco de junio voy a hablar de personas en la Biblioteca General de Navarra, para el que quiera escuchar, no de libros, aunque estos sean la excusa para juntarnos. Porque en este mundo siniestro, hay un tiempo para sentarnos al lado de alguien para escucharle. Porque quizás nos diga que: sufre, es feliz, tiene inquietudes, o no tiene ninguna, y que deambula entre la soledad y abatimiento de sentirse nada, y valora muy seriamente bajarse del barco. Y en ese momento de complicidad contigo, igual eres capaz de darle un abrazo para seguir navegando. O igual no. Pero por un momento habrás sido un ser humano para otro semejante, que se sentó a tu lado -independientemente del sexo- y te contó a ti, su pulsión vital. Y su único motivo es que vio en tu alma, una tan cercana como para hablar.
Bien, termino, hoy será martes, y milagrosamente seguimos vivos. Pues contemos nuestro viaje.
Y si quieres, yo te escucho.
©ManuelAcostaMás
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