DIFICILMENTE PRÓSPERA NADA CUANDO NO NOS SENTIMOS CÓMODOS.

Difícilmente próspera nada cuando no nos sentimos cómodos. Y esto especialmente pasa en las relaciones con nuestros semejantes, versus conocidos y amigos. En las que críticas acerbas sobre nuestro modus vivendi, socaban la relación.  Porque serás amigo, pero si es negro, es negro. O si blanco, blanco. Y no me digas que el problema soy yo que padezco daltonismo para ciertos temas que me atañen directamente. Porque si amigo, eres un ser muy especial para mí, pero dentro de mis zapatos, por mucho que te sepas la marca, no has andado nunca, ni lo harás. Y aquí hay que tener manejo para decir ciertas cosas, porque en la amistad se da un margen para que cosas que tú no ves, o las ves de otra manera, se vean y, o contrasten. Y luego cada cual, con su azada, hará su hoyo. Que cada uno conoce su mierda. Y yo ya te he dicho lo que me parece, sin ofender, ni gritar, ni acorralar…te. Porque si somos amigos, por favor, que no soy ningún villano y si un ser con corazón que siente que lo critiques.
Y es que siempre vemos la paja en el ojo ajeno. Y en los amigos también.
Y no digo con esto que, si vemos algo que va en contra de la salud, la vida, o el amor. No demos nuestra opinión.  Porque para eso son los amigos, para evitar el quebranto económico, si te veo dejar el sueldo en el bingo, o la salud si bebes más de la cuenta en el bar, o el matrimonio si vas de putas, y entre ellas, tienes un par de amantes. O si haces dejación de las funciones de amigo. Y en orden; saludar cuando te ves, tomar café periódicamente, quedar para un cine, monte, parrillada o concierto, Y hasta irte de casa rural o vacaciones.  Ese orden.
Pues esto que os cuento, lo he masticado mucho. Porque siempre parece que dices que los demás fallan. Y no, no digo eso. Digo que todos nos debemos mirar el ombligo antes de hablar. Porque seguro que hay pelusas, si no algo más grande. Y resulta reconfortante cuando alguien te pregunta sinceramente ¿cómo estás? Sin más ánimo que saber cómo llevas la vida. Que no es fácil para nadie. Porque así yo te diré lo que me pasa, que es grave, y que lo sobrellevo lo mejor que puedo porque creo y en lo que creo me da esa fuerza para seguir. Y tú igual me cuentas que a ti te violan, o latigan, o no te pasa nada porque eres feliz, al estilo cielo azul siempre, y nada te perturba. Y yo te preguntaré como lo haces y si duermes bien.  Porque comeremos pan, que es más de lo que hacen algunos, pero vidas que son una fiesta continua no conozco. Y si malos tiempos para todos. Y golpes de felicidad y cariño. Y en esos os quiero ver. Y en los otros. Dando luz siempre.  Porque puede que yo esté a oscuras, pero tú amistad debe ser la luz que me lleve a un ánimo tan grande que me haga decir, mañana nos vamos de fiesta. Que bastante sufrimos y seguimos vivos tirando de todo.
O al menos así lo pienso yo.
©ManuelAcostaMás

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Compartir:

Lo ultimo del blog

Enviame un mensaje

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google. Política de privacidad y Términos de servicios.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad