Fumata negra
Quise ayer pedir socorro y no lo hice, porque como canta el Abad responde el sacristán. Y estamos ante un momento delicado. Y lo que nazca de él marcará el futuro de los que creemos en el mensaje de Cristo del amor.
Y ¿Quién vendrá? Miedo da.
Si hubo un concilio hace muchos años, el concilio vaticano II y aún está por desempolvar. Y aunque lo quieran hacer, habrá que revisarlo, porque con ser una puerta al futuro, ese futuro llegó, pasó y ya es pasado. Y a esa iglesia que debía ponerlo en marcha, le entró el miedo, una palabra digna de la noche, y se echó atrás. Y el resultado es evidente. Las iglesias se vacían. Y el otoño nos dice que hay que hacer algo. Como el Papa Francisco, que fue valiente para acercarse al pueblo. Donde están los fieles que mantienen la fe en Cristo. Cercano siempre a los que menos tenían, amigo de pescadores, putas, y encadenados, siempre entre los siervos, aunque también hubiera señores.
Pero para ser así hay que ser especial. Y en eso están. En buscar a uno que se le parezca. Pues que el cielo les asista. Porque la mies es mucha y la luz escasa.
O así lo creo yo, mirando una chimenea que tiembla si le dicen que el camino está marcado y es el de los pobres…
©ManuelAcostaMás