Hugo y Lola.
En la situación normal que uno vive, eran pareja. Y tenían dos hijos, Kike y Lola, como su madre. E iban a Jesuitas, un cole molón. Y aquel viernes 16 de mayo, comieron en «la Servi» un bar de toda la vida junto a la plaza de la Cruz.
Y durante ella, la comida, mantuvieron una animadísima conversación. De juegos y roles de pequeños: A mi hermana no le baja el pantalón nadie. Y la madre decía: Tú defiende. Y la hermana, más pequeña que el hermano le decía a mamá: Si, mamá, que Kike es protector. Y entre muy bien, y cómetelo todo, llegaron a los postres con: A una chica nunca se le pega y menos en el culo. Y la comida estaba buenísima es el resumen. Arroz con tomate, albóndigas con tomate, huevos con tomate y helado de postre. Y es que el tomate de niños, nos hace felices.
Y así os lo he contado
©ManuelAcostaMás
P.D.
Y ni fea, ni guapa, pero hay madres que ya, ya…
Joder mundo cruel hay madres, muy madres, y todos somos sus hijos