Incertidumbre
Que, como el toro egipcio, eres sagrada
Buceo en aguas profundas concentrado en encontrar el amor de las mujeres
Rehuyendo el júbilo y el desánimo
Seguro de sentir la vida
Y cómo se desliza, sin saber nunca que va a ser.
Y salió el sol
Y mee, como el animal que soy, pensando que hoy uno de mayo es festivo. Por desgracia para mi, que madrugo noche y día sin remedio, y hoy todo abre media hora más tarde. Todo, menos yo.
Se llamaba trabajador. Somos millones. Los soviets los unieron para su revolución roja. Y hoy en día festejamos qué. Si nadie recuerda nada. Si nadie se mueve por nadie. Si somos corderos asustados y no fieras aspirando el humo de las fábricas, lobos talando maderas de sol a sol, leonas al pie de las cocinas. Somos solo esclavos. Mirando desaparecer derechos sociales y viendo menguar los sueldos y crecer los impuestos. De nuestros señores. Hoy se llama Político. Vagos, los llamó yo. Y saldrán con las banderas sindicalistas diciendo ¡ama el oficio y déjate la piel en él! Porque siempre son los soldados los que mueren. Mientras otros se ponen medallas. Porque ¿Quién recuerda que los miserables del mundo somos una fuerza tremenda capaz de revertir cualquier opresión como las que soportamos? Nadie.
Quedó la puta con su cliente. Y éste, un marquesito, le regateo el precio por el servicio. Él, en la oficina causaba sensación, contando sus batallitas de como se le daban las tipas condenadas a una vida de catre y olores a sexo rápido. Ella, era madre de tres niños y una niña y no aspiraba más que a criarlos.
Pues este es el percal.
Unos se creen señores
Y los demás somos criados.
Y habrá que preguntarse.
También para mi espanto a los sindicatos. Igual que somos capaces de coger un pico para trabajar ¿Por qué alegres no somos ya capaces de empuñarlos para arrojar al mar a quienes nos oprimen?
Uno de mayo, y el camino es largo. Nadie nos lidera. Y seguimos arrastrando cadenas.
Buen día. Porque no necesito decir nada más
©ManuelAcostaMás