La vida. Y apuesto por ella.
La vida es una piscina de pintura y unos días sales de colores claros y otros en blanco y negro. Y es que hay quienes piensan que todo es posible si hay alguien acompañándote de la mano, y quienes su melodía es: Quién venga detrás que arreé. Y siempre somos los mismos los que desde la soledad más absoluta solventamos todas las trabas que la vida dispone. Porque nacimos así. Apagafuegos, guías de montaña, faros en la tormenta, o simplemente voluntariosos para construir un mundo mejor en vez de poner piedras y destruirlo.
O al menos así lo pienso yo, que me toca remar siempre contra la corriente, esa que llena de dificultades, nos pone a prueba.
©ManuelAcostaMás