Reservado para el amor
Mil años a partir de la muerte de su pareja y con las hijas criadas, «la niña» (poned el nombre que queráis) ha encontrado un muchacho que le vuelve a ilusionar. Cien años de luto perpetuo después del último beso enamorado, vuelven esos labios golosos a besar de esa forma que todos los que amamos sabemos.
Y nuevas huellas se unen a la sombra de la luna, las de dos corazones enamorados.
Es el tiempo exacto.
Un millón de días y ha amanecido de nuevo.
Y no por menos hay que celebrar.
Ella era la ternura, y solo espero que ese corazón tan bueno encuentre un fuego bonito donde calentarse arrebujada. Porque el amor es esa estrella.
Esa luz. Ese tiempo para continuar camino de la mano de aquel, aquella, que te hizo soñar de nuevo.
Y así os lo digo.
©ManuelAcostaMás