Hoy me han dado una mala noticia. ¡Malditas sean esas noticias! Otra tienda que se cierra. Otros autónomos que claudican ante tanta desfachatez administrativa. Por mucho que digan que las normas son legales, porque serán, que para eso legislan ellos, los políticos de pacotilla que tenemos. Pero si hablamos de moralidad y de pensar en el bien común y en facilitar la vida de la gente. Suspenso absoluto. Vamos, cero. Que dentro de la legalidad hay cosas tan injustas que duelen. Y como nos tratan a todos, y en particular a los autónomos, más. Porque todos somos pequeños. Y pagamos más impuestos que singularidades tiene el mundo. Tantas que nos crujen. Y así uno tras otro ves como van cerrando negocios sin posibilidad de relevo o traspaso. Porque nadie quiere abrir nada que no rente para vivir. Porque de eso se trata de vivir para trabajar. No de trabajar para vivir. Abriendo veinticinco horas al día incluidos fines de semana y festivos. ¡AH! Perdón, que la ley marca descansos y me he inventado las horas. Pero es que si no trabajas más del cien por cien de tu jornada no sacas ni para pagar el alquiler de la bajera, y quedan sueldos, luz e impuestos varios. ¿Así que cierras? Si, con gran pena, pero hay que tener una grandísima explotación de vacas, o un internacional supermercado, para subsistir. Y nosotros somos pequeñas tiendas de barrio.
Pues ya lo siento.
Y sé que ellos también.
Porque era un referente para toda la vecindad. Y eso tiene ya, los días contados.
Y como los diarios no me publican, muy ocupados en otras cosas, declinó hacerles llegar mi inquietud. Y se la cuento al aire, al viento. A vosotros, vosotras que unas me leéis y otros no. Como paso previo a deciros que hoy nos toca a nosotros, es decir, al barrio de la Rochapea, pero mañana será el vuestro. Y veremos morir una forma de vida. Y no haremos nada. Muy ocupados en pagar impuestos que nos condenan a vivir en la miseria. Mientras que nuestras castas mandatarias, con enormes problemas siguen entrado en las guerras, sin saber pararlas. Pues en lo personal os digo. No me perece bien. Pero claro, no soy nadie. Y nadie escuchará mi grito.
El bien común lo hacemos todos. Y no solo los que nos mandan, que solo se miran su ombligo.
©ManuelAcostaMás
Un comentario
Totalmente de acuerdo