El calor pesado, al trote, anuncia tormentas.
Pero la ciudad ni se ruboriza, recogen las ropas y a la calle a disfrutar del buen tiempo que es abril.
Y abril ya huele a playa.
Antes el dolor de la semana santa y después ¡a galopar con los cuerpos desnudos por las arenas del sur! Ese lugar mágico para soñar siempre. Como los brazos del amor, cuando llevan tu nombre…
©ManuelAcostaMás
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Me encanta