Invierto mujer.
Sin levantar la voz.
En escribir.
Para equilibrar mi corazón que bulle amor.
Y ahora imaginemos,
un,
tú y yo.
Con toda su intimidad.
Y muchas cosas son privadas.
Y no, no te vayas,
Es inútil, seguiré escribiendo.
Sereno.
Sobre tus túrgidas carnes.
Tu alma de luz.
Tu corazón en mono de trabajo latiendo acelerado.
Y ese cerebro, abracadabra, rabiosamente inteligente.
Un todo tú.
Que es mi punto de encuentro.
Mi razón de vivir.
Mi musa al escribir.
Mi Sur.
Porque tú, por ti sola, eres todo mi mundo.
Lo admito.
Así de claro.
No sea que al mirar la luna, con su brillo ¡Miau! Que atrae, pienses que hablo de ella.
Porque no.
Niña.
Ya que tú,
eres el centro en torno al cual mi loco corazón dice: contigo.
En la luz.
En el viento.
El placer.
La tormenta.
Y en todo tiempo.
©ManuelAcostaMás
2 respuestas
Me encanta
Que seas feliz