Literatura a la intemperie
La voz decía mucho, me atrapó la propuesta de la Biblioteca de Navarra, que ambicionaba tratar temas interesantes. La exclusión, los desarraigados, los que sufren bajo el capitalismo, o los frágiles de siempre que como no caigamos en la cuenta los olvidamos.
Y como me enteré tarde de la propuesta, me desayune ayer con una escritora peruana, que decía la nota iba a reflexionar sobre «Llámame ingenua por creer que la literatura puede ser cambio y resistencia».
Y uno acude a estas cosas por ver si escucha a alguien con una reivindicación poética del amor. De la belleza del compartir. De repensar una y mil veces que Respeto y Consideración atiende a cada singularidad de la que somos capaces los seres humanos. Y que el camino es construir un mundo sin olvidar a los que menos pueden. A los que transitan siempre entre la incómoda situación de ser los que nos sobran, y si te mueres mejor.
Y salí de la charla, intentando encontrar algo del mesiánico mensaje que fui a escuchar.
Y quizás me equivoqué en mis altas expectativas. Pero no. Porque la propuesta ya es en sí interesante.
Creo sinceramente en la literatura incómoda que nos muestra el mundo pervertido de criados y señores. Donde el todopoderoso sistema capitalista hace clic y hace desaparecer a quienes le sobran. A cada palabra crítica. A cada ser humano que molesta. A esa colección de pobres, o sea, casi todos, que lastran el sistema. Y por supuesto a los diferentes. Un grupo grande de gentes que sacan la cabeza del rebaño.
Y volveré, desnudo, para seguir escuchando. Porque somos mil, y alguien tiene que dar voz, al último de la fila, para que tenga su espacio.
Y así os lo cuento.
Siempre, siempre, desde la intemperie…
©ManuelAcostaMás
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