Mientras respires, podrás florecer.
Ciego mil años, un día verás
Las estrellas del cielo para ti, titilan.
Y ver, todo lo cura.
Y no hace falta ese sentido, se ve con el alma.
Y el corazón de la inocencia.
Somos, en realidad, nada, pero sentimos
La levedad de las mariposas, el candor de mamá, aquella astilla que me clave, o el susurro del aire en un junco que se dobla sobre el río.
Y mientras todo ocurre
Anoche soñé
Contigo.
A veces esa es toda la verdad.
Y la verdad es la casa, la barca que flota, y la luz que hace sentir bien.
Vamos naufragando, estamos perdidos, más alcanzaremos la orilla.
Porque creerlo posible es mi locura.
©ManuelAcostaMás